viernes, 20 de diciembre de 2013

EL DRONE Y LA CRIATURA DEL RÍO CORRIENTE

Ariel Ovando* 

"Huso: Tipo de OVNI de forma cilíndrica y extremos romos. Según diversos
avistamientos, su longitud varía de entre pocos metros a más de un kilómetro,
siendo en este último caso clasificado como “naves nodriza”."**
Crédito: La Exuberancia de Hades
 

El fenómeno OVNI, ya sea en lo que podemos considerar como la era moderna de los avistamientos, aquella que comienza con Keneth Arnold en 1947, como en sus manifestaciones más antiguas, prolijamente enumeradas por Jacques Vallé o aquellas que traen a la palestra (cuando no las crean) los autores que pululan en la actualidad con la temática del antiguo astronauta, ha sido susceptible de diversos matices que han llegado a hacerla harto compleja, y por qué no, hasta pintoresca: muchas veces el fenómeno ha contado con elementos que bien podrían inspirar historias de ciencia ficción, o tecnologías venideras, tal el caso de los vehículos aéreos no tripulados, conocidos hoy en día como "drones". Pero es más en la era contemporánea de los avistamientos que se puede hablar dentro de las estimables precisiones, y describir la presencia de estas sondas de exploración dentro de un contexto estrictamente tecnológico, e inferir una posible función de tales vehículos respecto de una "nave madre".

En una entrada anterior hablaba de la zona del río Corriente, rica en casuística de avistamientos, y ésta es una relación de una de tantas experiencias en dicha zona. La fecha se ha perdido en el tiempo, pero es lo particular del relato lo que llama la atención (desde siempre he relegado la naturaleza física del fenómeno, para detenerme de manera algo imprecisa en la repercusión social del relato ufológico, cosa que ha hecho de manera más notable y exacta el amigo Andrés Salvador), pues es uno de esos relatos señeros que, o bien terminan por referir un suceso recurrente, o bien funciona de punto de partida para nuevos relatos, en los cuales inferir sobre su veracidad, o no, trasciende largamente lo que me he propuesto.

Se sabe que una noche del año 1988, en las cercanías de la ciudad de Chavarría (Departamento de San Roque  - Corrientes), un grupo de amigos (Gerardo, Javier, y un tercer testigo no identificado) acampa en la zona, luego de viajar alrededor de 3 horas desde Curuzú Cuatiá hasta las márgenes del citado río. Como siempre, la noche transcurre dentro de la esperable monotonía hasta aproximadamente las una de la madrugada, hora en la que avistan una luz a una altura relativamente baja respecto del horizonte, y cruzando el cielo en dirección oeste- este. Al grupo de amigos le llamó poderosamente la atención el fenómeno que acababan de observar, conjeturando incluso que la luz era demasiado grande como para ser un satélite artificial o una estrella fugaz (así refieren a la caída y posterior desintegración de un meteorito sometido a la fricción de las capas de la atmósfera). Por unos minutos comentan el suceso, para luego volver a concentrarse en las tareas que los ocupaban aquella noche de verano.
 

"Rio Corriente, en las proximidades de Chavarría"**
Crédito: Facultad de Humanidades - Universidad Nacional
del Nordeste
Aproximadamente una hora después del primer avistamiento, dos de ellos deciden ir a ver las líneas de pesca que habían dejado campo adentro, y fue entonces cuando una visión los estremeció de una manera que no iban a olvidar el resto de sus vidas: delante suyo, y a 50 metros de distancia, un objeto cilíndrico, de aspecto metálico, flotaba a unos escasos 5 metros de altura, despidiendo una luminiscencia levemente violeta, emitiendo un leve resplandor que no alcanzaba a iluminar de lleno a los amigos que se detuvieron, boquiabiertos, a verlo durante un par de minutos. El objeto en cuestión tendría unos 3 metros de longitud por unos 50 cm. de diámetro (los testigos me lo describieron como "un enorme tubo fluorescente"), y cuando todo hacía suponer que mantendría su posición fija sobre el terreno, se desplazó hacia los testigos con un movimiento giratorio sobre su eje horizontal (ellos hablan de que aquel tubo fluorescente empezó a realizar una especie de barrido en la zona), hasta llegar aproximadamente a unos 15 metros de su posición. Luego, y con la misma lentitud con la que se había acercado, volvía al sitio original para retomar el barrido en otras direcciones.
 
Si esa evolución del objeto se daba de manera más o menos organizada, o completamente aleatoria, es algo que los testigos no se quedaron a comprobar, ya que, aterrados, corrieron todos al auto para emprender una rápida huida. Fue cuando cruzaron un pequeño puente, metros adelante, y escucharon venir desde abajo del mismo un fuerte rugido que describieron como muy similar al de un león. Esto los aterró más aún, y obligó al conductor a pisar el acelerador literalmente hasta el fondo hasta llegar a la ciudad de Mercedes, distante por carretera a una hora del lugar del avistamiento.

Una especulación les resultó obvia por aquellos días, y era que aquél objeto avistado en proximidades del río estaba realizando una búsqueda por la zona, con el fin de dar con la ubicación de una criatura no identificada que estaba debajo de aquel puente, y que los testigos no llegaron a divisar, pero si a escuchar de modo harto escalofriante. Recuerda a otros tantos casos en que un vehículo aéreo no identificado era avistado junto a una criatura (incluso el Sasquatch), y por qué no, al avistamiento de OVNIS y criaturas desconocidas en el resonante caso de Varginha, acaecido en 1997. Similares conjeturas se tejen alrededor del críptido conocido como "el chupacabras", cuyas apariciones empiezan a mitad de los años noventa en centroamérica, pero del cual hay testimonios de su presencia en todo el continente.

Considero valioso el relato de la experiencia por la credibilidad de los testigos, que por aquél entonces contaban con alrededor de 20 años, y que, consultados en muchas ocasiones acerca del suceso, relatan la misma historia sin caer en evidentes contradicciones. Nos presenta la figura del vehículo no tripulado de reconocimiento, antes de que sea una constante de los escenarios bélicos en todo el mundo, antes de que sea considerado incluso, un aporte más al apartado de los avistajes mal interpretados. Es quizás un caso único en nuestra provincia, en la que abundan relatos sobre avistamientos en zonas de ríos, arroyos y esteros. Casos que, al menos en la era moderna de los OVNIS, se repiten siguiendo este patrón de comportamiento en todo el globo, y que abren el panorama a muchas y diversas interpretaciones acerca de la naturaleza y misión de aquellos objetos y sus tripulantes en nuestro ámbito más familiar. Pero esa, amigos, ya es otra historia.
2 de Diciembre de 2013

* Corresponsal de OVNIS en Corrientes en Curuzú Cuatiá - Corrientes
** Imagen a título de ilustración