domingo, 26 de junio de 2016

POR QUÉ LAS ABDUCCIONES EXTRATERRESTRES SE HAN REDUCIDO DRAMÁTICAMENTE

Por qué las abducciones extraterrestres se han reducido dramáticamente

Un busto de un extraterrestre descrito por Betty Hill puesto en su mesa de café. Hill y su marido, Barney, dijeron que fueron abducidos en New Hampshire en 1961. Scott Lapierre/Globe Staff

Por Linda Rodriguez McRobbie

DENISE STONER tenía 2½ años de edad la primera vez que recuerda el extraterrestre tomándola. Ella estaba en su casa en Hartford con su abuelo. Su madre estaba en el hospital dando a luz a su hermana menor. Ella recuerda estar mirando por un gran ventanal y ver un objeto con forma de huevo en el cielo, cerniendose  sobre algunas líneas eléctricas. "Qué está haciendo Humpty Dumpty arriba en el cielo?" preguntó. Ella recuerda el miedo en la cara de su abuelo cuando sugirió que era hora de ir a la cama.

Más tarde esa noche, mientras yacía mirando el empapelado con temas de rima de su cuarto de niño, una entidad caminó a través de su pared. "Parecía un monje, que tenía una bata, y que portaba una luz. No tenía miedo de él," dijo. "Sacó la otra mano para que yo lo tomo, y lo hice. Caminamos hacia el pasillo." El extraterrestre apuntó su luz en la pared, y desaparecieron a través de ella; ella recuerda estar en una habitación grande, en forma de cúpula con un montón de otros niños, y parecían estar aprendiendo algo. En la mañana, estaba de vuelta en su cama.

Desde entonces, dice, ella ha sido tomada más de 50 veces, desde su casa, desde la calle, desde su coche, la última vez hace sólo tres años, conduciendo a través de las montañas de Colorado. Cada vez, es el mismo ser responsable. "Se ve como el típico gris [extraterrestre], pero es uno de los altos. Es precisamente la forma muy sutil de su rostro, la barbilla es un poco más ancha," explicó. Ella lo llama su acompañante. "No hay amistad. ...Él viene a por mí, y sé que voy a estar segura," dijo. "También va a supervisar lo que se haga."

Stoner, 68, vive en Florida con su marido. Ahora, retirada, ella trabaja con compañeros de "experiencias,"  personas que sienten que han tenido contacto con entidades no humanas inteligentes. Ella también lleva a cabo investigaciones en nombre de la Mutual UFO Network, o MUFON. Al ser una experimentadora [=experiencer: que ha tenido una experiencia de abducción] es una parte muy importante de su identidad. Su historia es coherente, ella no divaga o llega a perderse en la narración.

Usted le cree?

Si ha contestado que sí, entonces usted podría estar entre el 77 por ciento de Estadounidenses, conforme una encuesta de 2012 de National Geographic, que cree que los extraterrestres han visitado la Tierra, o el 30 por ciento de Estadounidenses que creen que el gobierno ha ocultado evidencias de visitas extraterrestres, según un sondeo de YouGov 2015. O tal vez le ha pasado: Hay pocas cifras concretas, sin embargo, una encuesta de 2014 para un programa de entrevistas Británico encontró que uno en 25 encuestados creían que habían sido aducidos por extraterrestres.

La creencia de que existe vida extraterrestre en otros planetas es persuasiva, sensible; casi el 80 por ciento de los Estadounidenses lo cree, de acuerdo con una encuesta de 2015. Pero la creencia de que los extraterrestres ya están aquí se siente como algo más, en gran medida, ya que requiere un salto de fe mayor que acordar de que el universo es un lugar vasto, incognoscible. Historias de abducción y contacto  no son bastante el pasto para programas de entrevistas y los más vendidos del New York Times que eran hace unas décadas. The Weekly World News ya no está vendiendo historias sobre el bebé extraterrestre de Hillary Clinton en la cola del supermercado. Hoy en día, las crédulas historias de visitas extraterrestres rara vez rompen los medios de comunicación, por mucho que  prosperen en un nicho de canales de TV y foros de Internet. Pero también todavía queremos creer en los reportes en que científicos, escépticos y psicólogos dicen que no hay evidencia creíble para apoyar.

El fenómeno de abducción comienza con el extraño caso de Betty y Barney Hill. En Septiembre 19, 1961, los Hills estaban conduciendo desde Montreal a su casa en Portsmouth, N. H. Betty vio un OVNI siguiéndolos. Barney detuvo el coche en la carretera, cerca de Indian Head en las White Mountains, y se bajó para mirar a la nave a través de binoculares. Al ver figuras humanoides con uniformes nazis como mirando a través de sus ventanas, corrió hacia el coche, gritando, "Oh, Dios mío, vamos a ser capturados!" Se fueron, pero dos horas más tarde, se encontraron a 35 millas desde el punto donde habían visto por primera vez la nave (ahora hay un marcador conmemorativo en el sitio), con poca memoria de cómo habían llegado allí. Poco después, Betty comenzó a tener pesadillas.

En 1964, los Hills se sometieron a hipnoterapia. Bajo regresión hipnótica — hipnosis con la intención de ayudar a un sujeto a recordar ciertos eventos con más claridad — la pareja dijo que, efectivamente, habían sido  movidos a bordo de la nave [=vessel] por extraterrestres y sometidos a experimentos invasivos. La historia de los Hill, revelada al público en 1965 con un artículo en el Boston Traveler y un año más tarde en el libro  “The Interrupted Journey” [=El viaje interrumpido], lanzó una ráfaga de fascinación publica con las abducciones.

Barney murió de una hemorragia cerebral en 1969, pero Betty se convirtió en una especie de sabia de experiencias paranormales. Su historia se convirtió en el modelo para experiencias de abducción extraterrestre en los años que siguieron, especialmente después de la emisión del film hecho para televisión de 1975 “The UFO Incident” [=El Incidente OVNI], protagonizado por James Earl Jones como Barney Hill. Subsecuentes experimentadores describirían similar tiempo perdido o tener sueños extraños y recuerdos de cosas que no podían entender. Muchos usarían la regresión hipnótica para recordar sus experiencias.

Durante las próximas dos décadas, la narrativa de abducción extraterrestre se abría camino en la conciencia Estadounidense, alimentada por films de ciencia ficción como  “Close Encounters of the Third Kind” [=Encuentros Cercanos del Tercer Tipo] y reportes de noticias sin aliento de incidentes misteriosos. En 1966, una encuesta Gallup preguntó a los Estadounidenses, si es que alguna vez había visto un OVNI; 5 por ciento dijo que habían, pero lo entendían en el sentido literal de un objeto volador no identificado — sólo el 7 por ciento de los Estadounidenses creia que los OVNIs eran del espacio exterior. En 1986, una encuesta del Public Opinion Laboratory encontró que el 43 por ciento de los encuestados acordó con la afirmación: "Es probable que algunos de los OVNIs que se han reportado son en realidad vehículos espaciales de otras civilizaciones."

Algunos experimentadores dijeron que los extraterrestres estaban aquí para salvarnos y estudiarnos, algunos dijeron que estaban aquí para cosechar nuestros órganos y esclavizarnos. Pero a finales de los 1980s, las personas cuyas historias se habrían descartado como delirantes una generación antes estaban siendo entrevistadas por Oprah e "historias verdaderas" de experienciaa extraterrestres, como “Communion” [=Comunión] de Whitley Strieber e “Intruders” [=Intrusos] de Budd Hopkins, eran las más vendidas. Para los 1990s, los que creían en la verdad literal de las historias de abducción extraterrestres ganaron un aliado importante en John Mack, profesor de Harvard y psiquiatra que compiló su estudio del fenómeno en un libro de 1994 titulado “Abduction: Human Encounters with Aliens” [=Abducción: Encuentros Humanos con Extraterrestres]. Él más tarde dijo a la BBC: "Nunca diría que hay extraterrestres llevándose a la gente... pero yo diría que es un potente fenómeno, convincente aquí que no puedo dar cuenta de cualquier otra manera."

"Estos libros se vendían muy, muy bien, estaban en bastidores de libros en aeropuertos y estaciones de ferrocarril. Realmente no se podía evitarlo," dijo el Dr. Chris French, jefe del departamento de psicología anómala en el Goldsmiths College de Londres y autor de un estudio sobre abducidos por extraterrestres. Y no fueron sólo libros — uno de los programas de televisión más populares de los 1990s se dedicó casi por completo a la teoría de la conspiración extraterrestre: “The X-Files” [=Expediente X]. "Todas estas cosas influían en las creencias de la gente acerca de lo que podría ser verdad, lo que podría ser plausible," dijo French.

Otras corrientes sociales, algunos de ellas peculiarmente Estadounidense, informaron estas historias y nuestro interés en ellos. La exploración espacial en los 1950s y 60s forzó al país a admitir que había un vasto desconocido más allá de nuestra atmósfera — al mismo tiempo, la Guerra Fría inspiró miedo existencial de invasión. Los 1960s y 70s asistieron al misticismo de la ampliación del horizonte, la publicitación de la experimentación con drogas — las personas hablaban de experiencias extracorporales. Los 1980s vio una explosión de angustia en torno al "peligro de los extraños", con un casi constantes reportar de sustracción de menores [=child abduction] y abuso sexual, y luego, recuperación y represión de la memoria. Las historias de abducción extraterrestres absorben esas cepas, re-inventandolas como sondas anales y programas de mejoramiento de híbridos siniestros.

Mientras tanto, psicólogos como French estaban examinando los relatos de abducción extraterrestres desde una perspectiva más escéptica. Y lo que encontraron es que la verdad no estaba tanto ahí afuera como  estaba en nuestra cabeza. "La gente tiene experiencias extrañas en todas las sociedades, dado que nuestros sistemas nerviosos son los mismos en todo el mundo", explicó French. "Son las interpretaciones que pueden diferir."

Un pequeño pero tenaz porcentaje de experiencias de abducción extraterrestres desafían la clara explicación científica, pero muchos del resto pueden tener un número de diferentes explicaciones fisiológicas o psicológicas, incluyendo la epilepsia, que pueden ser precedidos por alteraciones visuales, narcolepsia, o parálisis del sueño.

En el sueño normal, su cuerpo está relajado casi hasta el punto de la parálisis, presumiblemente para evitar que exteriorice sus sueños. La parálisis del sueño es un trastorno del sueño lúcido en el que la mente se despierta parcialmente pero encuentra que el cuerpo no [lo hace]. Puede ser aterrador: Los individuos reportan la detección de entidades en la habitación con ellos y ser incapaces de moverse, presión en el pecho, sensaciones como fuera-del-cuerpo junto con intensas emociones, realzadas. En el pasado y en otros contextos culturales, esta experiencia fue atribuida a demonios o espíritus malignos o a un fenómeno religioso. En Estados Unidos, la ciencia ficción era cada vez más parte de la corriente principal de entretenimiento, y las historias sobre experiencias de contacto extraterrestre estaban cubiertas como noticias, por lo que los extraterrestres parecían una explicación plausible de estas experiencias.

Luego está la naturaleza resbaladiza de la memoria misma. La riqueza de una experiencia recordada no es garantía de su realidad objetiva, menos aún si esa memoria fue "recordada" a través de la regresión hipnótica. Aunque ahora en gran parte rechazada por la corriente principal de la psicología, la regresión hipnótica sigue siendo popular entre los experimentadores. Los psicólogos dicen que discernir la verdadera memoria de  acontecimientos reales de la verdadera memoria de sucesos imaginarios es imposible, especialmente si el individuo estaba predispuesto a creer en experiencias paranormales o extraterrestres.

Además, hay alucinaciónes anticuadas. Una reciente encuesta internacional de más de 30,000 personas, ninguno de los cuales fueron diagnosticados con esquizofrenia u otros problemas de salud mental, encontró que el 6 por ciento de ellos reportaron experimentar una alucinación no relacionada con drogas, alcohol, o el sueño. Finalmente, Michael Shermer, prominente escéptico Estadounidense y columnista de la revista Scientific American, apunta, "A veces la gente solo inventa cosas."

A finales de los 1990s, la burbuja de abducción extraterrestre había reventado. Los ratings cayeron para "The X Files". En Abril de 2001, reportes (luego negados) circuló que el British Flying Saucer Bureau, de 1.500 miembros fuerte en su pico, iba a cerrar después de un largo periodo de sequía de avistamientos. Cinco meses después, dos aviones se estrellaron contra las Twin Towers, y nadie se preocupaba más por pequeños hombres verdes. El director de "X-Files" Chris Carter, en el San Diego Comic Con de 2008, declaró que después del 9/11, el estado de ánimo no estuvo bien nunca mas. En 2006, Ben Macintyre, columnista de The Times, declaró que Internet ha socavado la creencia en los OVNIs y las visitas extraterrestres: "El objeto volador no identificado ha sido identificado, y no puede volar más. ET ha ido a casa." El escepticismo, al parecer, había matado al OVNI.

Excepto que no fue así. Realmente no.

David Clarke es un investigador OVNI que investigó los archivos OVNI del gobierno Británico  — un antiguo creyente, él es ahora un escéptico y autor de varios libros, incluyendo “How UFOs Conquered the World” [=Cómo los OVNIs conquistaron el mundo]. En su opinión, la Internet no mató a la creencia extraterrestre por lo tanto como ofrecer cientos de cámaras de eco para que pueda prosperar. "Creo que hay igual número de personas que creen que estas cosas pasan, pero creo que han retiraron de la vista pública y que sólo se hablan a sí mismos," dijo Clarke. "En orden a que usted sea parte de eso, usted necesita comprar en esa realidad."

Los escépticos quieren creer que un menor número de personas creen, que más personas son conscientes de las explicaciones como la parálisis del sueño o falsas memorias. "La gente es capaz de estas experiencias fantásticas sin que sean reales fuera del cerebro," dijo Shermer, añadiendo, además, que la edad de la teléfono-cámara está aumentando la carga de la evidencia en los experimentadores.

Los experimentadores quieren creer que el escepticismo público está remitiendo. Rosemary Ellen Guiley, una prolífica escritora Estadounidense sobre experiencias paranormales y místicas, explicó, "Más gente está dispuesta a hablar de sus experiencias porque los medios de comunicación han abierto la puerta, porque ha habido una gran cantidad de atención de los medios en todo tipo de experiencias, positivas y negativo.... Esta es la validación, que se puede hablar de ello y no ser ridiculizado."

Sin embargo si las encuestas periódicas son una indicación, los Estadounidenses se han mantenido consistentes en el tema de los extraterrestres por las últimas tres décadas. En cualquier momento dado, aproximadamente el 10 por ciento de los Estadounidenses creen que han visto un OVNI. Una encuesta Gallup de 1990 encontró que el 47 por ciento de los encuestados cree que los OVNIs eran "reales", como en extraterrestres. Una encuesta Ipsos de 2015 encontró que el 56 por ciento de los Estadounidenses cree en los OVNIs. La incredulidad Estadounidense de la línea del gobierno sobre los OVNIs también se ha mantenido estable. En 1996, el 71 por ciento pensaba que el gobierno estaba ocultando algo; que fue del 79 por ciento en 2012, según una encuesta de National Geographic. En otras palabras, más personas creen que el gobierno de Estados Unidos está ocultando evidencia de vida extraterrestre que las que creen que Jesús es el hijo de Dios (una encuesta de Harris Poll de 2013 encontró que el 68 por ciento de los encuestados cree en el principio central de la Cristiandad). Eso hace que la promesa de campaña de Hillary Clinton para abrir archivos sobre el Área 51 una mirada aún más astuta.

También apunta a un momento extraño para nosotros los humanos, de cómo nuestra comprensión de nuestro lugar en el universo ha cambiado en los últimos 50 años. "Nos hemos convertido en más materialista, científicos, seculares, y sin embargo somos exactamente los mismos seres humanos... con la misma composición fisiológica y psicológica. Nuestros cerebros están cableados para creer en algo distinto de nosotros mismos," dijo Clarke. "La gente va a continuar creyendo eso porque yo creo que es sólo una parte natural de lo que somos."

En ese punto, algunos escépticos y algunos creyentes están de acuerdo. Hay una larga historia de experiencias anómalas atribuidos a los ángeles, hadas, dioses y monstruos —  experiencias de contacto no humanos hechos para adaptarse a un contexto cultural. Estas experiencias apuntan a algo común en la conciencia humana. "Hemos tenido experiencias a lo largo de la historia que demuestran que estamos conectados con algo más grande que nosotros mismos," dijo Guiley.

O tal vez no. En 1979, el poeta ganador del Premio Pulitzer James Merrill publicó “Mirabell: Books of Number,” [=Mirabell: Libros de Número] una obra que transcribe conversaciones del poeta con los espíritus usando un tablero de Ouija. "Si los espíritus no son externos, como asombrosamente los mediums hacen!" dijo en una entrevista. La implicación es tal vez decepcionante — no son espíritus, no son extraterrestres, sólo nosotros — pero también hermosoa. Y útil. "La inversión de tiempo y dinero en por qué las personas tienen este tipo de experiencias extraordinarias nos podría ayudar a responder a las preguntas fundamentales para las que no tenemos respuestas, como por qué tenemos conciencia? No creo en los extraterrestres, pero sí creo que algo inusual está ocurriendo a estas personas y que debe ser estudiado," dijo Clarke.

La solución de esos acertijos toma una gran cantidad de trabajo serio, lleva a un montón de callejones sin salida, y podría no resultar satisfactorio incluso si llegamos a respuestas. Por lo que, al final, sólo puede ser más fácil atribuir a los extraterrestres todas las muchas cosas maravillosas que simplemente no entendemos sobre la condición del ser humano.

Linda Rodríguez McRobbie es una escritora independiente Estadounidense que vive en Londres.

Nota Traducción castellana de Andrés Salvador (Sujeta a revisión). Las notas entre corchetes son del traductor.

Fuente Linda Rodriguez McRobbie, Why alien abductions are down dramatically, bostonglobe.com, June 12, 2016 - Trad. cast. de Andrés Salvador